La eXTRaÑa PaReJa

Ayer, por fin, en la Sala Galileo Galilei pude ver la actuación en directo de Ernesto Sevilla y Joaquin Reyes, dos de mis monologuistas preferidos (más Joaquin). Mi relación de amor se remonta a muchos años atrás cuando Joaquin apareció en mi televisor vía Paramount Comedy, gordito él, hablando de lo ímbecil que era y a mi no me pareció ímbecil, me pareció genial, el flechazo fué instantáneo (lástima que no cayera entre mis brazos), luego más monológos, en concreto el de la orca Willy, mi preferido, y supe que no me habia equivocado, que ese tio era brillante, indagué y todo lo que averigüé es que además de su fáceta de cómico hacía ilustraciones para El Barco de Vapor y que estaba detras de la web cartun.com.
Mucho más tarde apareció Ernesto, más sobrio y encabronado, pero igual de desternillante.
El tiempo fué pasando y La Hora Chanante entró en escena, extraño vehiculo mensual de humor surrealista, con parodias que iban desde personajes cutres de serie B, a gurús del modernismo y la gafasptidad, pasando por políticos, deportitas, estrellas de rock y un escogido puñado del famoseo de aqui, mezclado con animaciones.
La Hora Chanante también fué evolucionando y Joaquin dejó de convertirse en la estrella absoluta del programa para dejar a hueco a otros personajes. Por ahora la cosa era bastante minoritaria, incluso Joaquin hizo un especial Noche Buena en A3, que mi hermano y yo celebramos pensando que algún ojeador inteligente les iba a sacar del ostracismo, pero no, Noche Buena pasó sin pena ni gloria; Joaquin no desistió y se metió en Lo + Plus, aunque su personaje tampoco pegó la campanada.
Pero la fama sí llegó y lo hizo vía Youtube, los videos de La Hora Chanante se convirtieron en un éxitazo en internet y sus "imitaciones" en iconos. De ahi al pluriempleo: A Joaquin le dieron programa propio en la sexta, A Pelo, junto a Raúl Cimas, programa que ya habían hecho en Tv3 Corbacho y Millán y empezó a salir en Cámera Café y en Smonka; Ernesto se creo un concurso a su medida: Smonka, y también hizo sus pinitos como presentador de Cuatrosfera y a hacer colaboraciones con Buenafuente y A Pelo.
Sin embargo lo de ayer es otra cosa, sus facetas de stand up, lo más dificil, un escenario vacío, un micrófono y su ingenio y ahí lo bordan, son los mejores.
Lo peor de la actuación: el público, muchachada que sólo conoce La Hora Chanante y que se suponían iban a ver una versión en directo del programa. Al final de la actuación Joaquín, que mezcla en sus monólogos cosas preparadas con improvisaciones, perdió el hilo, rápidamente salió del apuro ofreciendo al público que escogiese entre sus temas favoritos, monólogos a la carta y la gente empezó a gritar, ¡Onofre!, ¡Madonna!, ¡el Payaso!... Me pareció muy triste.
Espero de corazón que la fama no fagocite a estos dos monstruos del microfono conviertiéndolos en esclavos del éxito de sus propias creaciones.